Este año 2023, la sincronía entre la Cuaresma cristiana y el Ramadán, el mes sagrado del ayuno en el islam, ha sido asombrosa.
La Cuaresma es una temporada de 40 días de oración, ayuno y caridad. Además de la forma única de ayunar todos los días desde el amanecer hasta la puesta del sol sin beber agua, el Ramadán es también un mes de oración y caridad. La autorreflexión espiritual intensa y la mejora espiritual para acercarse a Dios son los objetivos tanto de los cristianos como de los musulmanes.
Como recordatorio de la fidelidad de Dios, la fiesta judía de la Pascua, que conmemora la liberación de los israelitas de Egipto, ocurrirá durante los mismos días.
No es una mera coincidencia. Parece ser un mensaje, Dios rogando a su pueblo que se convierta, que se aparte de nuestras malas obras; muchas veces hemos sido sordos a su súplica. Los arsenales nucleares están aumentando más que nunca. En medio de guerras y violencia, millones de personas son desplazadas. La actual crisis humanitaria en Ucrania cautiva nuestra atención, pero en este momento se están produciendo muchos conflictos en todo el mundo.
Si hay poco que podamos hacer excepto orar, podemos hacer nuestra parte en nuestras propias vidas y a nuestro alrededor.
El ayuno no se trata solo de comer o beber; se trata principalmente de abstenerse de cosas diferentes y hacer un esfuerzo adicional por otras cosas. Puede que le tengamos rencor a nuestra hermana, pero es hora de perdonar. Cuando las hermanas se perdonan, se besan y se abrazan, ¡qué maravilla!
Desde la pandemia ha aumentado la violencia y la impaciencia porque la ansiedad ha saturado el ambiente. Necesitamos cultivar la paciencia en las calles y en el hogar con nuestros hijos y familiares, sin importar el desafío que debamos enfrentar.
Demostremos amor y bondad; nos sentiremos asfixiados a veces, pero lo que Dios nos pide es que aceptemos eso.
Imagina que cada persona de fe islámica, cristiana o judía haga su parte; fluirá la paz, y el mundo será un lugar mejor.