Hoy en día, cada vez que tienes una conversación con alguien, independientemente de su fe o no creencia en el Todopoderoso, se inclinan a decir que la vida se está volviendo cada vez más difícil. El viaje que recorren los mantiene exhaustos.
Uno no puede permanecer indiferente ante los graves males y problemas que presenciamos en el mundo.
Lo absurdo es lo más común.
Los malos espíritus nos rodean, pero también hay buenos espíritus. Los espíritus malignos intentan convencernos de que son el camino a la felicidad porque la mayoría de las personas «se comportan de esa manera».
Si somos creyentes en la fe judía, islámica o cristiana, estamos obligados a orar al Todopoderoso para que nos conceda un espíritu de discernimiento para prestar atención y tener el coraje de hacer lo correcto.
Las personas de buena voluntad también pueden mantener sus principios y hacer su parte.
Que la tristeza o el miedo no aflijan nuestros corazones. Llenemos nuestros corazones de alegría, paz y valor para seguir por el buen camino.